Satureja montana


Ajedrea Blanca.
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Curativa y aromática
Perteneciente a las plantas aromáticas y medicinales, la ajedrea blanca es delicada y su floración sucede más de una vez a lo largo del año. El color blanco de su flor y la pelusa que cubre sus hojas y tallo es un rasgo diferenciador de esta planta silvestre que nace en rocas calcáreas y en los cauces secos de los ríos. También se puede cultivar y ofrece a los platos un sabor inconfundible. No es necesario cultivar grandes cantidades porque crece con rapidez. Tiene propiedades como antiséptico, cicatrizante y planta digestiva.
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Suelo y clima
Admite suelos cretosos pobres pero prospera asimismo en los ricos y húmedos, siempre que no hayan recibido compost o estiércol fresco. Se adapta a cualquier temperatura, excepto a los climas fríos.
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Multiplicación y cuidados
A finales de primavera podemos sembrar esta planta, en espesas hileras separadas unas de otras por 30 centímetros y se aclaran las plántulas a 15 centímetros. Sobre la siembra de las semillas, algunos especialistas recomiendan ponerlas a ras de tierra, ya que así germinan antes, aunque esto puede ser mala idea si los pájaros frecuentan mucho el jardín. Bien enterradas las semillas se evita el riesgo de que se las coman las aves. Se necesita labrar bien la tierra y tenerla siempre húmeda tras la siembra. Con frecuencia suelta por sí misma las semillas y rebrota en otoño.
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Recolección
Las cosechas pueden ser dos a lo largo del año: en verano y en otoño. Hay que cortar los brotes cuando se abren la flores y recoger las semillas para la siembra cuando adquieren un color tostado. Después debemos proceder a secar las semillas, colocándolas en bastidores cubiertos de una red fina y dentro de un mueble, sin que entre la luz y a baja temperatura.