Las hierbas de Miguel


Zarza, Zarzamora
(Rubus fructicosus)

Cuentan una anécdota de que unos hombres del pueblo estaban apostando, si uno de ellos era capaz de ir al cementerio por la noche.

Hecha la apuesta la apuesta y para demostrar que no tenia miedo a los muertos se encaminó, el apostante, hacia el cementerio. Tuvo la mala fortuna, que se enganchó en una zarza quedando atrapado. El pensó que era algún muerto y le suplicaba que lo soltase, pasando angustias durante unas horas enganchado a ella.

Sus amigo lo esperaban al principio del calvario y empezaron a impacientarse y preocuparse por su tardanza.

El hombre seguía implorando que lo soltase el muerto y al fin consiguió vencer el miedo y se giró.
Viendo que estaba enganchado a una zarza y exclamó “Si tuviera un cuchillo te atravesaba


Si preguntas a un labrador de Alcublas por las tres plantas que mayores molestias le han causado en sus campos, ten por seguro que en ese grupo estará la rubus fructicosus o zarza, una planta con la que seguro que te has pinchado y enganchado la ropa en multitud de ocasiones.

La zarza es una planta espinosa que puede alcanzar unos 2 m. de altura y que se extiende profusamente a lo ancho ocupando barrancos, laderas, y si el agricultor no lo evita, también bancales y caminos. Además de lo molesta que resulta por sus pinchazos, el mayor problema es su difícil erradicación a causa de su gran capacidad para rebrotar. Sus hojas son dentadas y a lo largo de sus tallos presenta espinas. Las flores son blancas o rosadas, y sus frutos o bayas son primero verdes, luego rojas y de color negro cuando maduran.

A pesar de ser una planta molesta, de la zarzamora sin embargo es aprovechable casi todo: su fruto, sus hojas y sus tallos.

Las moras, el fruto de la zarza, contienen vitamina C, provitamina A, calcio y hierro, y se pueden consumir solas, con yogurt, con helado, en tartas y postres, y en forma de deliciosa mermelada –le diremos a la Abuela que nos saque de su Alacena un tarrito de mermelada un día de estos-, con la que puedes hacer muchas tartas, incluso la de queso y arándanos, sustituyendo estos por moras. También las moras se usan para hacer licores y orujos de moras, que resultan deliciosos (si queréis probáis a hacer un orujito casero con moras y ya hablaremos…).

Las hojas ofrecen un remedio natural para la inflamación de las encías y de la boca en general, usándose directamente los brotes tiernos masticados, pero lo más normal es usarlas en infusión para hacer gárgaras. También la infusión de las hojas de zarza es útil para curar las diarreas y para las hemorroides. Para realizar la infusión es preferible recolectar las hojas jóvenes a finales de primavera, y una vez secas se pone un par de cucharadas por taza, se cuela y se endulza a gusto del consumidor, con miel o azúcar. Por último, las hojas machacadas se usan como emplasto para curar heridas y úlceras en la piel.

Hay un uso de los tallos de la zarza que prácticamente está en desuso: las ramas largas tiernas –sin ramificaciones- se limpian de pinchas y hojas, se abren a la larga y se separa la corteza. Esta corteza era usada por los cesteros para coser sus mimbres, dada su flexibilidad y dureza, incluso trenzadas se podía conseguir finas cuerdas muy resistentes.

La floración es desde finales de primavera a otoño

En Europa existen unas 700 especies con 200 variedades.

Miguel nos comenta que para el es la planta más fuerte del mundo, porque cada vez se ensancha más y coge más terreno y es muy difícil de erradicar, ni el fuego puede con ella, si no que le sirve de abono.


Miguel Gimenez
Rafa Casaña.

Las hierbas de Miguel


CORRIGIA / CLAVELLINERA BORDA / ESCORRECIA

Estaba tranquilamente ensimismado en mi recorrido por el monte, cuando de pronto una voz me dice:

"Ven que tienes que hacer una foto".

Me vuelvo y era el bueno de Miguel Giménez, que reclamaba mi atención sobre una planta que crecía en el borde del camino que íbamos transitando en esos momentos.

Me acerque, para hacer las fotos y Miguel me dijo:

"Con esta planta curé a “Canela” de unas heridas en la piel que la habían dejado coja y no podía andar, mi padre me lo enseño, pero no es buena para beber y cicatriza muy bien sobre todo en los perros".

Dije a Miguel: "¡¡¡ para!!! , que no llego, vas muy rápido y así no me voy a enterar de lo que dices".

"Vamos, hago las fotos y me sigues contando".

Normalmente en el pueblo se suele encontrar en los ribazos de tierra arcillosa, según Miguel, suele haber en Los Casales, El Codadillo y La Loma.

Le digo en broma: "¡¡¡ pues estamos lejos de estas partidas!!!", a lo que responde: "si ,por eso me ha estrañao y te he llamao para que le hicieses las fotos y así dejar constancia".

Es una planta leñosa, con tallos rectos y hojas numerosas, aunque esta no tenga muchas ahora. Las flores son vistosas, péndulas y dispuestas en racimos, su color es como de herrumbre por fuera y amarillo-rojizo en el interior.

Se utiliza el tallo, las flores y las hojas, las raíces no.
Se hace una cataplasma y se aplica sobre la herida, procurando que animal no se lama sobre ella, pues su ingesta puede ser venenosa.


"Vamos Miguel, que me dejas maravillado, con lo que sabes de botánica".

"No, solo que me fijo y leo en los libros y cuando no se una cosa no me duele preguntar".

“Una nueva lección de sabiduría”, eso es lo que yo creo.

Miguel Giménez
Rafa Casaña
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Las hierbas de Miguel


Diente de León (Taraxacum officinale)


El diente de león es otra beneficiosa y conocida planta que engrosa la lista de las "malas hierbas" no tan malas. Se trata de una planta herbácea y vivaz de hojas dentadas dispuestas en roseta, tradicionalmente identificadas por su forma con los dientes de un león, que alcanzan entre 5 y 25 cm. Del centro de la roseta se elevan los tallos huecos en cuyo extremo se encuentran las flores amarillas (una por tallo). Las raíces, de aspecto columnar, se entierran hasta unos 30 cm de profundidad. Toda la planta exuda al partirla un látex blanco.

El nombre diente de león parece tener su origen en la forma de sus hojas, por su disposición como dientes puntiagudos. Su aspecto puede ser muy diferente según el lugar y clima en que crece, variando ampliamente la forma de sus hojas y raíces.

La raíz es gruesa, corta y carnosa, con una roseta basal de hojas verde claro, cuyos bordes están muy dentados. El tallo, que es hueco, puede alcanzar una altura de entre 20 y 25 cm. En su extremo brotan a partir de otoño numerosos sépalos verdes y flores amarillas. Dentro de las cabezuelas nacen unos pequeños frutos rodeados de unos pelillos de color blanco.

En Alcublas siempre se ha conocido con el nombre de “lizones” y se han apreciado mucho para su uso en ensalada. Se deben recolectar las hojas más tiernas, principalmente al inicio de la primavera, antes de que se vuelvan demasiado amargas. Este amargor se puede reducir dejándolas en remojo durante 2 horas. Se pueden comer en ensaladas, hervidas, o en bocadillos sustituyendo a la lechuga. Los extremos de las raíces, bastante complicados de desenterrar, se pueden preparar cocidos. Las flores, antes de abrir, se pueden conservar en vinagre para usar como condimento o acompañando otros platos. El diente de león nos aporta vitamina A, vitamina C y niacina.
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Con las raíces de diente de león se puede conseguir un sustituto del café, sin los efectos negativos de éste, pero con casi todas las propiedades medicinales de la planta. Para ello se secan las raíces al sol o al horno sin quemarlas, después se trocean y se tuestan, por ejemplo en una sartén, removiéndolas con frecuencia. Por último se pueden moler entre dos piedras.

Como medicina el diente de león es un suave laxante, y al ser también un depurativo favorece la curación de algunas afecciones como eccemas o celulitis cuando están provocadas por el propio estreñimiento, al retener sustancias tóxicas en el organismo. Además, posee otras aplicaciones medicinales aplicada en forma de infusión, jugo o ensalada: es útil en problemas del hígado y la vesícula biliar como hepatitis, cirrosis, vesícula perezosa o insuficiencia hepática. Las curas de primavera y otoño (entre 4 y 6 semanas en cada estación) son muy útiles para quienes sufren de cálculos en la vesícula, y aunque no llega a eliminarlos, evita que se formen. También son importantes sus efectos sobre el riñón, y es útil para la gota y la artrosis por ser diurética (colabora en el proceso de depuración de la sangre y elimina las toxinas que contiene) y depurativa (purifica la sangre y contribuye a eliminar los desechos mediante una acción diurética, laxante o sudorífica). Las digestiones perezosas se ven mejoradas por esta planta en virtud de sus propiedades como aperitiva (posee principios amargos que estimulan el apetito y preparan las operaciones digestivas) y tónica estomacal (ejerce una acción fortificante y restauradora sobre el estómago), que aceleran el proceso de digestión y aumentan la secreción de todas las glándulas digestivas.

La infusión se puede preparar con 1 ó 2 cucharaditas en 1/4 litro de agua fría y se deja hervir un minuto. A los 10 minutos se cuela.

El jugo se obtiene triturando, machacando o pasando las hojas por la licuadora. Se toman 2 ó tres cucharaditas antes de cada comida.
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También se ha utilizado la leche de diente de león contra las verrugas y para quitar algunas manchas de la piel, y sus flores también han sido utilizadas como ingredientes de algunas bebidas alcohólicas. Se aconseja recolectar en primavera la planta entera, poniéndola a secar colgada en un lugar aireado.

"Ramalina fraxinea" un líquen de La Solana


LOS GRANDES DESCONOCIDOS DEL BOSQUE

Cuando caminamos por el monte muchas veces sólo nos fijamos en los arbustos y árboles que tenemos alrededor, obviando a unos seres que quizás por su pequeño tamaño y escaso reconocimiento social no sean considerados relevantes. Son los grandes desconocidos del bosque: los líquenes. Crecen sobre el suelo, las rocas o los troncos de los árboles aunque también pueden encontrarse en zonas urbanas sobre el cemento, las tejas, etc. Además, como os explicaré a continuación, presentan unas peculiaridades que les otorgan una gran importancia biológica.

Algunos estudiosos sostienen que los líquenes son una unión simbiótica mutualista entre un hongo y un alga, es decir una unión donde ambas partes obtienen un beneficio. No obstante, algunas teorías defienden que son pequeños ecosistemas donde las algas producen y los hongos consumen. Independientemente de cada teoría, lo cierto es que este tipo de relación permite a estos organismos colonizar lugares que para otros seres vivos resultan inhóspitos.

Esta gran capacidad de adaptación llevó a los científicos de la Agencia Espacial Europea a realizar un experimento para comprobar la resistencia de los líquenes a las condiciones del espacio, el resultado fue un éxito: ¡los líquenes sobrevivieron!
Además, gracias a esta característica de los líquenes, se está realizando una investigación sobre el efecto del cambio climático en las dos zonas polares de la Tierra, la Antártida y el Ártico, a través del estudio de algunas especies de líquenes que habitan en esas latitudes.

A pesar de esta gran capacidad de adaptación, los líquenes son unos organismos muy sensibles a la contaminación atmosférica. Esto es así porque captan el agua y los nutrientes directamente del aire, y, en consecuencia, también los contaminantes en suspensión que hay en él. Es tan grande su fiabilidad en la detección de contaminantes que se han establecido redes europeas de seguimiento de la contaminación del aire a través del estudio de estos organismos. Cuando aparece un contaminante en el ambiente ciertas especies de líquenes desaparecen y son sustituidas por otras que pueden vivir en presencia del contaminante.

En el Paraje Natural de La Solana- Barranco de Lucía, en Alcublas, he querido realizar un pequeño muestreo de líquenes para comprobar la calidad del aire. El resultado ha sido muy satisfactorio ya que he podido encontrar especies difíciles de encontrar en otros lugares de la Comunidad Valenciana. Incluso, algunas especies presentes en el Paraje, como la Ramalina fraxinea, se consideran raras; es decir, son especies escasas o que presentan un pequeño número de individuos.

De esta manera, los que vamos a Alcublas a respirar aire puro podemos hacerlo con tranquilidad ya que parece ser que la contaminación del aire todavía no ha llegado a nuestro pequeño pueblo, tal y como nos revela la valiosa información de los líquenes. Y espero que esto sea así por muchos años.

Autora:
María Santolaria (A.C.L.A.)
Agradecimientos:
A la Catedrática de Botánica de la Universitat de València, Dra. Eva Barreno, por su ayuda en la identificación de las especies de líquenes de Alcublas.