Las Hierbas de Miguel - Hiedra


HIEDRA
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(HEDERA ELIX)
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No hace mucho hablábamos de la zarzamora, una hierba de las más molestas para el agricultor, y hoy vamos a hablar de otra planta que, sin ser molesta, ocupaba hasta no hace mucho un lugar privilegiado dentro de las plantas consideradas peligrosas: la hiedra.
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La hiedra es una planta perenne en cuyos tallos nacen pequeñas raíces que le permiten adherirse a otras plantas, muros, suelo, etc., haciendo honor a su nombre – “hedera” deriva del latín “haerere”, que significa “estar junto a” o “estar adosado”-, y por esta capacidad y por su facilidad para cubrir amplias zonas se trata de una de las trepadoras más apreciadas en jardinería. Sus flores son pequeñas y dispuestas en racimos, las hojas adoptan formas variadas que van, desde ovaladas o elípticas cerca del racimo, hasta triangulares y con 3 ó 5 lóbulos. Sus frutos son bayas verdes que se vuelven negras al madurar. Son precisamente estos frutos los causantes de la mala fama de la hiedra, ya que son altamente tóxicos: la ingesta de unas pocas bayas puede provocar una fuerte diarrea, vómitos, fiebre, y en los casos de intoxicación grave pueden llegar a causar la muerte. además también la savia de esta planta puede provocar reacciones alérgicas en la piel. Por ello nuestras abuelas no se cansaban de advertirnos que no comiéramos esos frutos: “las bolicas de la hiedra ni tocarlas…”, solían decir.
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No se trata de una planta muy frecuente en Alcublas, donde de manera espontánea sólo la hallamos en contados lugares, generalmente umbrías, pero es relativamente frecuente como planta ornamental en patios.
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A pesar de esa “mala prensa” y de su desprecio por ser considerada una planta ornamental, la hiedra posee no obstante diversas propiedades que la convierten en una planta muy válida para ser aprovechada por el hombre más allá de consideraciones puramente estéticas. Así, a nivel farmacológico es frecuente que se encuentre en la composición de cremas revitalizantes y en algunos jarabes contra la tos, y además tiene propiedades analgésicas y cicatrizantes.
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Normalmente se usan sus hojas secas, y una vez hervidas el agua resultante se utiliza para empapar compresas con las que curar heridas y úlceras, o para calmar dolores de tipo reumático –en este caso también se recomienda el baño con agua de hiedra -unos 40 gramos de hojas por litro de agua-. También se puede usar para tratar la celulitis y las estrías en la piel, y para elaborar lociones anti-piojos.
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Como podéis apreciar semana a semana gracias a esta sección de las Hierbas de Miguel, rara es la planta que no posee alguna propiedad que la haga útil, lo único es que debemos descubrirla y aprender a elaborar los remedios. El problema de la medicina tradicional es que requiere dedicación y tiempo para recolectar las plantas, secarlas, prepararlas, almacenarlas de la manera correcta… algo que choca bastante con nuestra mentalidad actual, para la que resulta muy práctico abrir una caja de cartón y coger una pastilla, sin más. Sin embargo, quizás haya llegado el momento de que nos planteemos un cambio de actitud: salir al campo, aprender a conocer las plantas, recolectarlas, prepararlas con mimo… Nuestra percepción y nuestra relación con la Naturaleza deben cambiar, y el aprovechamiento de las hierbas puede ser la excusa perfecta para dar comienzo a ese cambio. Un saludo y hasta pronto.
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