Somos unos privilegiados un nuevo colaborador se suma a nuestro blog, Manolo Ambou, amante de la naturaleza, de Pedralba y un gran fotógrafo de reconocido prestigio, nos ha conocido y desinteresadamente ha decido colaborar con nosotros. Desde A.C.L.A darle la bienvenida y agradecerle su intereses y deseo de participar en nuestro proyecto. Gracias Manolo
En el gran mundo de la observación de la naturaleza, por muy versados que nos creamos, siempre descubriremos algún tema sorprendente.
El tiempo libre en mi vida ha transcurrido de una forma intensa con múltiples actividades en plena naturaleza y un gran sentido de curiosidad por conocerla y comprenderla. Últimamente he descubierto un rincón por mí ignorado “el mundo de las Orquídeas”. Esas pequeñas pero hermosas “brujitas” que aparecen exóticas y a veces deslumbrantes e intrigantes, con sus misterios, en lugares sorprendentes, escasos y muy concretos.
Desarrollan su hermosura en corto tiempo, para desaparecer tímidas luego en su letargo, dejando solo sus escapos secos, que como balizas apuntan casi a su nuevo nacimiento; anónimas entre la vegetación; estrellas fugaces del campo; duendes en la flora.
Me habían llamado la atención algunos ejemplares de delicadas Orchis, esbeltas Dactylorhyzas y Ophrys (las flores de abeja). Pero al no tener el concepto claro de sus características, a causa de la poca información que normalmente y hasta hace poco se podía encontrar, no pude suponer la gran variedad que tenemos en nuestras tierras; unas 65 en la Comunidad Valenciana.
Cualquier guía de campo, sobre plantas o flores de Europa, solo mencionan algunas de entre las cerca de quinientas especies conocidas por ahora.
Hasta que me documenté debí confundirlas con otras flores, para mí desconocidas, o también pudo ser que no llegara a descubrirlas en su momento álgido, su floración.
Fuera como fuese he pasado muchos años sin apreciarlas como especies exóticas sin que las valorara como se merecen.
Las orquídeas son los vegetales que cuentan con más especies en el mundo, superando a las gramíneas. Han colonizado todas las tierras, excepto los desiertos extremos y el inhóspito Ártico. Por lo general son conocidas algunas tropicales, más esplendorosas, pero no podemos despreciar las demás. Las nuestras son de un porte y tamaño modesto, solo hace falta acercarnos hacia ellas, verlas de cerca y poder disfrutar de su originalidad y belleza.
Estas plantas derivan de las Linarias, manteniendo su característica de flores con elementos florales múltiplos de tres (trímeras). Con la singularidad mas original centrada en el tercer pétalo o labelo que suele ser un especializado lugar de atracción y aterrizaje para los insectos en su función de polinización.
Nuestras orquídeas Europeas no se desarrollan como las demás plantas, tienen un sistema de reproducción mucho más complejo y curioso. Para germinar las semillas necesitan tropezar con un pequeñisimo hongo, muy concreto, que las colonice, evitando ser infestadas en su totalidad, por medio de un agente funguicida que poseen, pues morirían.
El hongo penetra parcialmente en la diminuta semilla hasta alcanzar una zona del embrión, momento que aprovecha este para absorber al hongo azúcares y desarrollar rápidamente la plántula. Este estado de simbiosis durará largo tiempo o toda su vida, según la especie. Algunas tardarán 14 o 15 años para mostrarnos su primera floración.
Ciertas orquídeas son muy difíciles de localizar, solo existen escasos números de taxones y los lugares de desarrollo son particulares y puntuales, por ello deberemos documentarnos muy bien si no queremos fracasar en nuestro intento por descubrirlas.
Con la experiencia podremos encontrar y diferenciar las incipientes plantas de orquídeas entre las demás, sin necesidad de que estén desarrollados los escapos florales, pudiendo determinar, en muchos casos, la familia a la cual pertenecen. En ocasiones, los escapos secos del año anterior serán señales inequívocas de su futuro desarrollo.
Unos buenos apuntes, o mejor aún, con la ayuda inestimable de un GPS, conseguiremos encontrarlas nuevamente cuando creamos haya concluido su completo estado de crecimiento.
Con la práctica desarrollaremos un instinto, que nos sorprenderá, para dar con los lugares idóneos donde habitan. Pero de todas formas deberemos patear mucho el monte ya, que además, las especies florecen escalonadamente.
Esta aventura fotográfica, o sencillamente de observación, nos ofrece un complemento para amar y comprender mejor, nuestras montañas y sus ecosistemas, en nuestro afán por descubrir estos interesantes vegetales, nuestros pequeños duendes.
Evidentemente, está prohibida su recolección, por su escasez, y como hemos comentado antes, por su dificilísima reproducción y desarrollo.
¡¡Disfrutadlas!!
Manuel Ambou Terradez
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