La huerta amenazada
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La drástica limitación del uso de productos fitosanitarios que prepara la Unión Europea puede tener serias consecuencias en la agricultura valenciana. De aprobarse la normativa tal y como salió el miércoles de la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento de Estrasburgo, tanto los arrozales que rodean la Albufera como la huerta de Valencia y su área metropolitana pueden verse abocadas a la desaparición, al prohibirse la utilización de pesticidas, sin los cuales, según las organizaciones de agricultores, no es sostenible la producción agraria. Una de las restricciones que se diseñan desde Bruselas llega a impedir los fitosanitarios en las proximidades de las zonas urbanas, lo que, en la práctica, dejaría fuera de un uso agrícola todas las tierras cultivables de comarcas como l'Horta o el Camp de Túria, rodeadas de viviendas y urbanizaciones. La absurda imposibilidad que se plantea desde los despachos de emplear productos químicos para combatir las plagas sitúa a la agricultura valenciana -sector líder en las exportaciones de la Comunitat- en un callejón sin salida. El respeto a la naturaleza no puede estar reñido con el uso responsable y controlado de productos que permiten mantener la producción agraria. Porque lo menos ecológico de todo es que los campos fértiles acaben convertidos en tristes yermos.
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Editorial de Las Provincias
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